sábado, 23 de octubre de 2010

Diviértase con esto

Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, en sus santas y venerables manos, dando gracias lo bendijo y lo dio a sus discípulos diciendo:
''Tomad y bebed todos de él, porque éste es el cáliz de mi sangre, sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados."

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